El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) planea cerrar las 24 oficinas de su División de Operaciones Internacionales que tramitan residencias permanentes, visas de reunificación familiar, adopciones de niños extranjeros y solicitudes de ciudadanía americana para militares, informaron el lunes los diarios New York Times y Washington Post.
Ambas publicaciones citan un correo enviado por el director de la agencia, L. Francis Cissna, al personal de la dependencia, explicando que eliminarán sus gestiones en el extranjero en los próximos meses para maximizar recursos en Estados Unidos.
Empleados de la agencia federal dijeron al Times que el cierre de oficinas dificultará y frenará el proceso para inmigrar a Estados Unidos, especialmente para los refugiados.
“Este es otro ejemplo de cómo la Administración de Trump detiene la inmigración legal al negar a las personas la oportunidad de solicitar beneficios migratorios de la manera más apropiada”, dijo Margaret Stock, exteniente coronel del Ejército de Estados Unidos y abogada de inmigración, en declaraciones al diario neoyorquino.
En América Latina, USCIS tiene oficinas en República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, México y Perú. La oficina local en La Habana ya fue clausurada a finales del año pasado.
Según el comunicado de Cissna a los empleados, el manejo de los trámites migratorios en el extranjero será
transferido a las oficinas de la dependencia en suelo estadounidense, así como a los consulados y embajadas del Departamento de Estado.
“El cambio puede ser difícil y causar consternación”, escribió Cissna en el correo citado por el Post. El funcionario aseguró que a medida que hacen la transición, asegurarán que “aquellos que utilizan nuestros servicios continúen haciéndolo y las operaciones de nuestra agencia continúen sin interrupciones”.
La división internacional de USCIS asiste logísticamente a ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes y refugiados en gestiones de reunificación familiar, permisos humanitarios por razones urgentes y documentos de viaje para entrar a Estados Unidos.
Algunos de los trámites más frecuentes en sus oficinas foráneas son las peticiones de familiares extranjeros de ciudadanos y residentes, solicitudes de ingreso para personas que fueron deportadas y solicitud de ciudadanía por naturalización para miembros de las Fuerzas Armadas y sus familiares.
En un comunicado enviado a el Nuevo Herald, la vocera de USCIS, Jessica Collins, señaló que USCIS trabajará “en estrecha colaboración con el Departamento de Seguridad Nacional y con el Departamento de Estado para coordinar los acuerdos interinstitucionales necesarios para garantizar que no se interrumpa la prestación de servicios de inmigración a los solicitantes y peticionarios afectados”.
Sin embargo, empleados de la agencia y abogados de inmigración comentaron al Times que transferir al personal del Departamento de Estado, que de por sí está abrumado por los trámites consulares, las responsabilidades internacionales de USCIS, conllevaría a que muchos solicitantes se queden “varados en el extranjero durante meses o más tiempo, mientras que sus seres queridos navegan por la burocracia necesaria para emigrar”.
De acuerdo con el reportaje del Times, USCIS ha reasignado en meses recientes a los adjudicadores de green cards y ciudadanía a labores en el programa de refugiados o asilados, dada la acumulación de solicitudes de asilo presentadas por la cifra récord de familias migrantes que han cruzado la frontera sur de Estados Unidos.
Desde que Trump llegó al poder, USCIS ha esbozado una serie de normativas que endurecen los criterios para aprobar beneficios de inmigración, señalan abogados y activistas a favor de los derechos de inmigrantes.
Entre otras medidas, ha otorgado a sus adjudicadores mayor poder discrecional para negar las solicitudes que están incompletas o contienen errores sin emitir advertencias. También entraron en vigor el año pasado nuevas guías sobre deportaciones que amplían la lista de motivos por los que una persona puede ser llamada a presentarse ante un juez de inmigración para iniciar su proceso de deportación.
Expertos coinciden en que el mayor impacto del cierre de las operaciones internacionales de USCIS recaerá sobre la reagrupación familiar, prevista en la legislación desde que en 1965 se aprobó la Ley de Inmigración y Nacionalidad, la cual Trump ha fustigado como “migración en cadena”.